“El Principio de Arquímedes”
Si alguien espera el discurso negativo que deje de leer inmediatamente, sin obviar que hemos desembocado a una situación que ni el peor guionista de televisión de películas de los domingos por la tarde hubiera imaginado. Venimos de una pandemia mundial que nos obligó a encerrarnos en casa y cuando parecía que íbamos pasando página nos despertamos con la invasión de Ucrania. Esta guerra coge al mundo occidental con niveles máximos de deuda y con una dependencia energética de Europa completamente enfermiza y con un problema global de suministro y cadenas tensionadas que a su vez incrementan el precio de las materias primas, aún más agravadas por la situación en Europa. Los bancos centrales activan su modo “halcón” subiendo tipos y reduciendo balances y abocándonos a una desaceleración para reducir la inflación.
La duración del conflicto de Ucrania es la clave del futuro próximo, aunque es un factor absolutamente impredecible y el imaginarnos que pasa por la mente del Sr. Putin se me antoja una quimera. Nos preocupa la situación en Europa, la proximidad geográfica y la dependencia energética pueden abocarla a una desaceleración económica importante. El Banco Central Europeo ha intentado alargar al máximo su política expansiva pero no creemos que aguante mucho más sin subir tipos, una inflación muy elevada combinada con una presión política muy fuerte de los países “duros” de la Unión Europea hará que en Julio el BCE comience a subir tipos, por un lado, es lógico, no tiene sentido tener tipos en negativo con inflaciones del 8%. Nos tememos que las posibilidades de que el BCE provoque una crisis de deuda en los países “periféricos” va en aumento, España tiene un 111% de deuda sobre el PIB e Italia el 150%, difícilmente soportable si no se toman medidas estructurales, menudo papelón que tiene el BCE. A los bancos centrales se les está criticando de manera muy dura, no digo que no haya cierta razón, pero haciendo un símil futbolístico el BCE es el clásico jugador estrella de un equipo de fútbol que hace todo y el resto del equipo solo mira o hace lo justo, y en cuanto baja un poco el rendimiento todo el mundo lo critica. En estos últimos diez años los gobiernos han hecho una dejación de funciones para evitar tomar medidas de políticas fiscales poco convenientes ante unas elecciones, como resultado, los bancos centrales han tenido que llevar sus políticas monetarias al límite, ya que ese es su único instrumento, admitiendo que pueden haberse equivocado en determinadas circunstancias.
La situación actual recuerda mucho a la vivida en el año 1994, cuando el Sr. Greenspan tuvo que subir tipos de interés de manera agresiva al subir la inflación por encima de lo deseado, entre febrero y abril de ese año el S&P500 recortó un 10% y prácticamente se pasó todo el año con fuertes oscilaciones, pero con una tendencia plana. En diciembre de ese año se marcó un mínimo y a partir de ahí en 1995 el mercado rebotó un 39%. Estamos ante una crisis de tipos de interés con eventos que la complican, las valoraciones de las bolsas se han situado en niveles atractivos y si se diera una resolución del conflicto en Ucrania y comenzara un período de normalización de suministros y de precios de las materias primas, esto se traduciría a una normalización de la inflación que haría que finalizaran los posicionamientos agresivos en los Banco Centrales, lo que sería un catalizador muy importante para los mercados. Mientras eso llega hay que tener paciencia y esperar que los acontecimientos se desarrollen en términos “normales”.
“Todo cuerpo sumergido en un fluido experimenta un empuje hacia arriba igual al volumen del fluido desalojado” Principio de Arquímedes. Arquímedes 287 – 212 AC.